domingo, 29 de enero de 2012

Bombay

Se dice, según datos estadísticos, que es la segunda ciudad más grande del mundo, que es la segunda ciudad más poblada del planeta, que es la ciudad con la mayor densidad de población y que un 60% de sus habitantes viven en slums (chabolas... de ahí "Slumdog Millionaire"). Se dice que es extremadamente bulliciosa y que la vida allí es frenética. Yo sólo puedo decir que ha sido un viaje perfecto y que me ha encantado.

Debo comenzar describiendo el viaje en tren, ya que ha sido nuestra primera experiencia en uno, aquí en India. Viajamos en 2AC (segunda clase con aire acondicionado), y por supuesto, sleeper (tren cama, para que nos entendamos). Frente a nosotros, una pareja con su hijo, que no paraba de hablar e incluso a ratos, gritaba... un poco más allá del pasillo, un matrimonio de abueletes nos inspiraba ternura, ya que la señora iba recitando y casi cantando versos a su marido, que la escuchaba con gran deleite y los ojos cerrados. Señores pasaban por el pasillo ofreciendo agua, refrescos, chai, samosas o incluso biryani. Todo muy típico y más que agradable. Afortunadamente, como en el tren no hay baches, el sueño fue bastante más que satisfactorio.

Al despertar, el desayuno estaba esperando y quedaban sólo 3 horas para llegar. Entre vagones, las puertas abiertas invitaban a degustar un chai mientras nuestros pies colgaban por fuera del vagón y la luz de la mañana nos abrigaba con su calor... un momento perfecto para respirar aire fresco y tomar algunas fotos mientras pasábamos a la altura de Pune. Asombrosamente, llegamos poco antes de lo previsto y con las pilas cargadas. Desde dentro, la estación CST (Chhatrapati Shivaji Terminal) parecía una más, pero por fuera cortaba la respiración, con su arquitectura victoriana, recordando al Londres más auténtico.

Tras un ligero almuerzo nos dirigimos al hotel, que se ubica en "tierra de nadie", entre el norte y el sur; entre el este y el oeste, cerca de la estación de tren de Cotton Greens. El Pals Hotel estaba bastante mejor de lo que los comentarios de Trip Advisor mostraban, y aunque los pasillos y las zonas comunes fueran un tanto tétricas, la habitación con la que nos quedamos estaba bastante bien y muy limpia. Tuvimos bastante suerte ya que Bombay es una ciudad muy cara y nuestro hotel era muy económico pero claro... no estaba en zona turística, y casi que mejor así.

Tras dejar las cosas y un ligero "fresh up" (véase, una ducha, respirar un pelín y hacer el planning), cogimos destino a Malabar Hill, al sur de Mumbai. Vimos atardecer junto a unas casas prácticamente invisibles desde la carretera principal, donde los niños jugaban con las cometas entre las rocas de la playa, mientras el rojizo sol iba cayendo lentamente. Tras el solaz, un agradable paseo nos llevó al estanque de Banganga, que por mucho que diga la Lonely Planet, deja bastante que desear al ser simplemente un estanque, ni más ni menos, y del cual se cuenta una leyenda: Lord Ram, en su viaje a Sri Lanka para rescatar a su amada Sita, hizo una pausa aquí y lanzó una flecha al suelo del hoy estanque... comenzó a fluir agua y ese agua es el que sigue alimentando el estanque... esa flecha, hoy en día es un palo en el centro del estanque, del que se dice también que es el centro del mundo... mitos aparte, bastante insulso. Por esta zona se halla también la "Torre del Silencio", donde según la religión Zoroastrista se depositan los restos de los difuntos para que los animales se alimenten de su carne, ya que en esta religión ni se entierra ni se incinera... en Bombay quedan aún muchos resquicios de la cultura parsi. Proseguimos el paseo hasta Kemps Corner, donde sin poder evitarlo, entramos a Crossword a arrasar comprando libros, uno de nuestros deportes favoritos en India. Al ser el primer día, decidimos volver al hotel y cenar allí en la habitación... la comida, excelente y bastante económica.

El segundo día amaneció un poco más tarde de lo estimado pero justificado; merece la pena estar frescos... tras el desayuno y la ducha de rigor, emprendimos rumbo a la "Puerta de India", donde cogeríamos el barco hacia Elephanta Island, a una hora más o menos. Nos intentaron prohibir sacar fotos desde la cubierta superior del barco al ser zona militar, pero no impidieron que nos saliéramos con la nuestra. La Isla Elephanta se halla en la bahía de Bombay, y sus cuevas datan aproximadamente del siglo VII... muchas esculturas se hallan bien conservadas, pero son las menos. Cabe destacar la gigantesca cabeza de Shiva con tres de sus "formas" más conocidas (con los ojos cerrados meditando, enfadado y su forma femenina), y excepto la cueva principal (o número 1), las demás se pueden obviar. En el viaje de vuelta, dos guiris que vimos bebiendo cerveza como si no hubiera mañana nos amenizaron el trayecto con sus cabezadas intentando dormir la mona y agitados por los movimientos de la embarcación... fue muy divertido. Aquí va el vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=sYAXmcjFpo8&feature=youtu.be

Al llegar otra vez a tierra, un agradable paseo nos condujo a Colaba, la zona turística por excelencia, donde bajo los soportales de los edificios de la calle principal, vendedores callejeros te ofrecen ittar (perfumes), pulseras, ropa o libros (merece la pena regatear para conseguir un libro de 350 rupias por sólo 100). Es agradable, ya que parece un rastro venido a menos y por la noche... me recuerda un poco al mercadillo de la Plaza Bohemia de La Manga. Por esta zona he visto más turistas que en toda mi estancia en India.

Al día siguiente tocaba visitar las zonas de Fort y Churchgate, que están bastante próximas a Colaba y son también el centro del Sur de Bombay. Calles preciosas, con aceras anchas y generosas que hacen que pasear sea más sencillo y más bajo un cálido día. Como suele pasar, uno no se da cuenta de las distancias cuando mira un mapa, pero teniendo en cuenta que estamos en una ciudad gigantesca, las horas pasan y los pies se resienten, pero con gusto al estar en medio de tanta belleza arquitectónica.

Por esta zona hay un inmenso mercadillo de ropa, y es curioso que siempre te piden aquí 4 veces más de lo que cuesta. Tú, que ya sabes por dónde andan los precios, le dices que no... como es costumbre, viene la contrapregunta: por cuánto? Y la respuesta suele ser el precio que tú ya sabes que vale, pero al final es muy raro que el vendedor dé su brazo a torcer y que te dé lo que quieres por lo que tú lo quieres. Sus maneras de hacer negocios...

Nos propusimos dar un paseo por la playa de Chowpatty, por el paseo marítimo de Marine Drive, y sinceramente nos recordó un poco a La Habana y su Malecón. La gente aprovechaba para sentarse a charlar mientras el sol del atardecer teñía la bahía con sus agradables tonos rojizos mientras que en el "Cafe on the beach" degustábamos, probablemente, el peor café helado de nuestra vida, y a un precio nada económico... pero la visita era obligada. De lo mejor, el mega-hospital Saifee que, al anochecer, deslumbraba con sus imponentes luces al visitante que se deleitaba con el skyline de Bombay de noche. Impresionante y digno de ver.

Gracias a nuestro amigo Harshad nos pusimos en contacto con Javier, valenciano que vive aquí en Mumbai desde hace unos 2 años. No es porque él vaya a leer estas líneas (que sí las leerá), pero es muy agradable y fue una gran suerte dar con él... quedamos en Bandra, nueva zona residencial y de ocio, en el Norte de la ciudad. El primer sitio fue Bonobo, un agradable club en una terraza interior, con ambiente animado y mucho expat. Allí conocimos también a Víctor (extremeño) y a Deepak (de Mumbai, piloto y con novia española), con quienes tuvimos un agradable intercambio de impresiones y experiencias. Víctor, tras Bonobo, se retiró, pero el resto (Javier, Ana, Deepak y yo) nos fuimos a Zero, un club que sinceramente no podría ubicar... situado en una antigua fábrica, con una enorme estatua a la entrada y con un diseño bastante pero agradable. Lamentablemente y como es normal por estas tierras, el club cerró a la 1:30, así que Javier sugirió que nos fuéramos a su casa a seguir un rato más... y con tan buena compañía, por supuesto. Javier vive cerca de Juhu, al ladito de la playa, en una zona lo bastante alejada y en alto como para tener tranquilidad y, a la luz del día, unas vistas maravillosas. Lo malo es que en Mumbai, los alquileres son 4 veces más caros que en Hyderabad. La amena charla se mantuvo hasta altas horas de la mañana, y en el largo trayecto de vuelta al hotel, Bombay nos amaneció entre cabezadas.

Para el último día nos dejamos la playa de Juhu con sus puestos de comida y la orilla llena de gente que allí acude a pasar el domingo paseando, jugando o simplemente comiendo en la playa con sus amigos o familia. En esta zona se encuentran algunos de los hoteles más exclusivos de Bombay (de hecho entramos en uno con "minipanadería" para comprar unas barras de pan del de verdad). Realizamos una llamada y Javier acudió, y nos invitó a ir con él a casa de Iratxe (española residente también en Mumbai) y su novio Dev, en la zona de Santacruz, no muy lejos. Fue un verdadero placer conocer a más españoles residentes aquí, y más aún cuando te agasajan con un plato de excelente jamón ibérico, de ese que se te derrite en la lengua. Desafortunadamente, teníamos que salir hacia el aeropuerto y no queríamos llegar tarde, pero sí que es cierto que la estancia se nos pasó demasiado rápida, ya que estábamos más que agusto.

En llegar al aeropuerto tardamos no más de 20 minutos, y una vez allí, todos los prejuicios hacia los trámites en India desaparecieron, al ser todo muy rápido y eficiente, desde la facturación hasta la pequeña y acogedora terminal, pasando por el control de seguridad... y ello contando que el vuelo era de sólo una hora hace que viajar en avión dentro de India sea una excelente (y a veces cara) idea, pero como era nuestra primera vez y los billetes tenían un precio bastante razonable, había que probar... y si podemos, repetiremos.

Como conclusión, puede que este post haya resultado algo insulso, pero la verdad es que a veces las palabras se quedan cortas para describir algo que va un poco más allá de lo bueno y lo satisfactorio: lo perfecto. Y no sólo este viaje ha sido perfecto, sino que últimamente todos los que hacemos salen así de bien y sin ningún problema pero claro... es muy sencillo teniendo una inmejorable compañera de viaje. Veredicto? Pues con el corazón, Mumbai me ha encantado y según mi empresa, me espera un viaje en Mayo con los gastos pagados, así que nos vamos a ir preparando ya que este tipo de viajes, con los gastos pagados, saben mucho mejor. Y si mi empresa no me mandara, ya nos encargaríamos de volver por nuestra cuenta porque Bombay ha merecido la pena... por la ciudad en sí y por la gente que hemos conocido.

PD.- Por si no habéis visto el álbum de fotos, aquí va: http://www.facebook.com/media/set/?set=a.286655758065715.68064.100001638800362&type=3&l=421009b130

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