Aquí sí que saben cómo crear trabajo… Como diría mi madre (o tu madre), hay que darle trabajo a
Chico del ascensor.
- Pulsa el botón del piso a donde te diriges, ni más, ni menos.
- Puede llevar el móvil a todo trapo con o sin auriculares y, en algunos casos aislados, cantan y muy mal.
- Como en todos los sitios, también aquí hay clases: con o sin taburete y con o sin uniforme (tipo Prosegur, pero venidos a menos).
- El de mi trabajo, con el ojo izquierdo mira la pantalla y con el otro nos saluda los buenos días. Está en todo, el zagal.
- Tienen una habilidad especial para controlar el botón de abrir y cerrar puertas. Un día podrían llegar a provocar un lapso espacio-temporal con consecuencias inenarrables.
- Lamentablemente, cuando hay algún tipo de avería, tienen que llamar también a los de Otis (no a Zardoya).
Abrepuertas
- En el 100% de los casos, abren la puerta; en el 75% de las ocasiones, sonríen; en el 50% de los momentos, se quitan hasta la gorra si la tienen (no para pedir); y en el 100% de las veces, cierran también la puerta.
- Van siempre uniformados (pero al estilo del payaso que no usaba Micolor, “descoloríos”), y casi siempre tienen bigote (como todo el mundo). Algunos incluso tienen un gran bigote.
- Su hábitat natural son los bancos y cajeros, comunidades de vecinos, tiendas de artículos caros y centros comerciales.
Asistente del asistente
- Ehhmm… trabaja en… sus tareas son… bueno, él está ahí.
- Lo que no quiere hacer nadie, lo peor que surja o cualquier adversidad… le toca y punto.
- Normalmente, el saber que tienes un asistente para tu asistente te hace más feliz: como jefe, tu labor es pensar en las tareas más absurdas que se te ocurran y asignarlas sin pestañear. Frases muy célebres son: “Tráeme agua”, “cuenta las páginas” o “saca las bolsas”.
Limpiaorejas
- Suelen aparecer sigilosamente por tu espalda, como auténticos profesionales del sigilo, y de repente te dicen que tienes algo en la oreja, y tú respondes: pues sí, tengo una oreja.
- De repente saca un instrumento maléfico con forma de aguja de ganchillo (era una aguja de ganchillo) y empieza a jugar con algo parecido a serumen en su mano y te señala diciendo que a ti. Pues eso… a ti, si te apetece… porque a mí, ni un poquito. Evitad a toda costa este especímen.
“Guardia de seguridad”
- Era por llamarlo de alguna manera, y por varios motivos. Os imagináis al Chavo del Ocho con uniforme de seguridad? Pues más o menos, y más más que menos.
- Van armados con un detector de metales (a veces) y con unos guantes como los de coger la fruta del Mercadona con los que te soban sin gracia ni morbo ni ná.
- De la misma casta (como Laetitia) que el chico del ascensor, los abrepuertas y la mujer que te mira el bolso y la mujer que te cachea.
- La mujer que te mira el bolso suele actuar de una de las siguientes dos maneras: una es meter la mano en el bolso y hacer como si estuviera trabajando la carne picada; la otra mira con cierta vergüenza el interior y se dice para sí: aquí no meto yo la mano, anda, pasa, guapa… Una vez, una de ellas me quiso quitar dos mecheros.
- La mujer que te cachea trabaja en una especie de probador de ropa, a la entrada de los centros comerciales y de ocio. Te tocan. Todo. Y los bolsillos también. Por fuera, claro.
Peluquero o barbero callejero
- Maestros del corte y confección del cabello.
- Se ubican en selectos y concurridos tramos de calles donde hay aceras, a poder ser anchas.
- Doy fe (porque es gratis) de que sus herramientas están totalmente fuera de riesgo, y trabajan en condiciones de higiene máxima, a pesar del tráfico, la basura y esas cosas sin importancia. O no.
- Colocan con gran arte su espejo en el muro o sobre un cable cualquiera
- Su parlour consta también de un taburete para el cliente, que en la mayoría de los casos, se sienta de espalda a la carretera.
Mecánico callejero
- Dícese de cualquier persona que te encuentras en medio de la rue con un manojo de herramientas a su lado, y que está más o menos listo para usarlas.
- No sé si realmente arreglan algo o no... se supone que su fuerte son los autos.
Reparajoyas callejero
- Pese a las apariencias, no fuma crack, aunque tenga los ojos inyectados en sangre y se le suela ver con una especie de “pipa” en la boca, que usa para darle vidilla al fuego.
- Como modificación al punto 1, utiliza el principio elemental de avivar el fuego con aire, que sale de su boca, con o sin mezclar con otras sustancias.
- Entre sus instrumental, cuenta con un simple aparato de electrólisis, que consiste en un par de cubetillas de agua y varias pilas. Si es de nivel, usa una batería pequeña. Los usos que tiene los conozco… los que le da él, los desconozco.
Barrenderas
- Al parecer es un trabajo destinado exclusivamente a mujeres… no se sabe porqué… puede ser que, si tenemos en cuenta que los hombres no solemos hacer nada bien, debería ser un halago laboral, pero yo no termino de verlo claro…
- Parece que acaban de tener una avería con el coche, pues lucen un chaleco reflectante naranja que te deja ciego literalmente si miras más de 5 segundos seguidos.
En fin... por lo menos hay trabajo, aunque sea a 10000 kms.
jajaja me ha matado el limpia orejas
ResponderEliminarme ha encantado el tono con el que lo cuetnas