viernes, 17 de febrero de 2012

Algo se muere en el alma...

...cuando un amigo se va. Y se va en el sentido literal.

En todo el tiempo vivido en Hyderabad, he experimentado la sensación, a veces, de que sólo los buenos se van... para buscar una nueva oportunidad en su vida, por saturación de India o simplemente por adversidades del destino, muchas veces tan imprevistas como "de un día para otro".

Tras conocer mucha gente a lo largo del camino en este país, tengo muy clara una cosa: realmente aquí no hay nadie cuerdo. Y si lo está, lo disimula muy bien. A veces por malentendidos culturales o/y sociales, quizá otras por las relaciones personales y la forma de abordarlas o sentirlas, y luego también por el presionante factor ambiental, que entiendo que influye muchísimo.

No es tan fácil ni tan difícil hacer amigos aquí, aunque simplemente es raro, ya que las dos culturas tenemos conceptos distintos acerca de la materia: aquí un primer contacto sin conexión, chispa, duende, química, simpatía, etc. vale... en nuestra tierra no es tan sencillo que se te acerque un extraño pretendiendo ser casi tu mejor amigo, porque creemos en la continuidad de las relaciones personales. Aquí conoces a alguien, hablas dos minutos y al día siguiente tienes una invitación de amistad en Facebook, 2 llamadas perdidas y 3 mensajes en el móvil deseándote felices sueños, feliz desayuno, comida, cena, bautizos y comuniones...

Desconozco por qué, pero es cierto que mucha gente oculta cosas o lleva una doble vida, y solo te muestran el lado bueno y genial de todo, o directamente pretenden que tú seas el que cuente toda su vida; hay personas que directamente llevan una dualidad afectiva y tienden a tendencias bipolares; luego podemos encontrar situaciones de dramas típicos de tv-movie que lamentablemente no son agradables para los protagonistas, que incluso en determinadas ocasiones sí que pueden desear como fin último el incremento de su audiencia... hay de todo.

En unos casos, piensas en las personas que dejan la ciudad y te cuestionas por qué el maldito azar consigue alejar de Hyderabad a toda esa gente con quien has congeniado en un momento de la experiencia... se te va un poquito de tí... un poquito de tu "yo social" y te preguntas: y ahora qué hago yo sin ti?

Tras todo el amasijo emocional que aquí se cuece, da gusto que, aunque haya gente que emigre por diversas razones y los vayas a echar de menos, todavía queda mucha gente interesante por conocer y con quien interactuar y... por qué no? Pueden surgir nuevas e interesantes amistades por el camino!

Tengo el placer de decir que cada vez somos más españoles aquí y la colonia creo que seguirá creciendo poco a poco... auguro muchos y buenos momentos, para poder cantar y bailar juntos eso de: Algo se muere en el alma...



viernes, 3 de febrero de 2012

Bombay otro poquito más...

La verdad es que sí, que pienso que el anterior post me ha quedado un poco soso y quizá algo falto de alma... y como no podía más, me he decidido a plasmarlo. Quizá por haber llevado una semana con muchas cosas por delante, las ganas de terminar una tarea más me ha impedido disfrutar el estar haciéndola, que en el fondo es lo que me motiva de vivir: el zen y su manera de llegar al satori (iluminación) mediante la concentración en cada paso del proceso, sin importar realmente el fin último. O algo así, pero seguro que sabéis por dónde voy.

Bombay es una ciudad que de principio me gustó por la sensación de espacio abierto... nada más salir de la CST, la amplitud de la plaza y la belleza de los edificios cercanos me evocaron calles de Madrid, Londres, Barcelona o Valencia, a ratos por el legado británico en la arquitectura, a veces por la ordenación de los barrios residenciales, en otras ocasiones por los detalles góticos de algunos edificios e iglesias o quizá por esa sensación tan agradable al estar cerca del mar... no lo sé, pero tuve una sensación muy positiva. A decir verdad, el mero hecho de salir de Hyderabad (sin faltar) ya me gusta de por sí, y más cuando es a un sitio tan interesante como Bombay.

El tráfico es bastante ordenado, en todos los sentidos... cada uno va por su carril, y es muy difícil que cambien al tun-tun o que se adelanten. Como es normal, pitan, pero no igual que en otros lados. Parece una tontería y puede que lo sea, pero sinceramente me da una idea bastante cercana a lo ordenada o no que se muestra una ciudad, y en este aspecto, Mumbai me ha sorprendido. Además, en el sur no hay autos... hay coches estilo "seat 127" en los que te mueves con el "meter" por fuera del auto, pero eso sí, al terminar la carrera hay que acordarse de pedirle al señor conductor la "tabla de conversión", porque si no, te la puede meter doblada a su discrección. Los taxis nuevos, los chiquititos (como un Hyundai Santro), que llevan el meter por dentro y actualizado (y me refiero al meter, no al meter... nótese por favor la negrita y la cursiva en el anglicismo). Eso sí... a distancias más grandes, precio más alto. Y la diferencia se nota, tanto en el dinero como en el tiempo que se pasa en algún tipo de transporte, de punto a punto de la ciudad.

Otra cosa más es, por supuesto, el tema aceras... las hay por todos lados! Y parece que desde Europa puede sonar como algo natural, pero como ya he comentado en algún que otro post, aquí en India es algo bastante insólito, sobre todo aquí en Hyderabad, ya que carecemos de ellas por estos lares. En Bombay no tienes que estar contorneándote entre los vehículos para seguir caminando por donde los peatones deberíamos, ni realmente preocuparte por si algún vehículo se sale más de la cuenta de su camino y te arrolle. En este país, es algo muy a tener en cuenta, por lo menos para mí.

Teniendo en cuenta la altísima proporción que vive en chabolas, no se puede decir que haya más gente pidiendo en la calle que en Hyderabad. Que seguro que la habrá, más que nada, porque hay más gente... pero realmente no da esa impresión. Pero es que en este país es algo tan aceptado que realmente llega un momento en que, como te has acostumbrado a ver tantas cosas, ya ni le prestas tanta atención como al principio y aprendes a que te resbale un poco todo, por el bienestar mental.

En cuanto a la vida social, parece que Bombay tiene otro color. Se nota ya de por sí más activa, despierta los sentidos... se respira otro ambiente, y en el fondo un extranjero no llama tanto la atención aquí, ya que la comunidad internacional está bastante establecida, aunque en ciertos ámbitos siempre seguiremos siendo guiris, por mucho que nos adaptemos o por muy bien que podamos hablar hindi. Pero el caso es que en Mumbai se palpa un ambiente algo más maduro que en Hyderabad, tanto en la gente como en los locales, pasando por la gran oferta de ocio que de por sí ofrece, que le imprime un aire de capital, de ciudad grande.

Vale que el mar en Bombay tenga un color marronáceo, pero es mar con todo lo que implica. Trae aire fresco (a veces mezclado con gasóleo) e incrementa la humedad en la ciudad, y lo realmente bonito es que, al ser Bombay una minipenínsula, tienes el mar en muchos y distintos barrios, en zonas completamente alejadas las unas de las otras, con lo que es más difícil cansarse.

En Bombay son más de Shiva que de otro dios, y eso es algo que me agrada mucho, y no es por nada, pero es que siento más afinidad que con Visnhu o que con Brahma. Se puede ver por aquí, en edificios o en carteles de las tiendas, mucho Shivaji pero no hay que confundirlo con el dios destructor que habita en el monte Kailash... Shivaji fue un aristócrata, fundador del imperio Maratha, que contribuyó a la expulsión del imperio mongol de lo que hoy es la provincia de Maharastra, apoyando la lucha contra los invasores de lo que hoy conocemos como India. Así, es el que da nombre a la estación de trenes CST (Chatrapatti Shivaji Terminus) y al aeropuerto (con el mismo nombre). Curiosidades.

Ahora que creo que ya he dado un poquito mi punto de vista personal me quedo más tranquilo y satisfecho... para más detalles, mejor con una caña en la mano.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Votadmeeeeee!!!

 Vote the best IX12 blog

Si hacéis click en este botón, me estaréis haciendo muy muy feliz... me han nominado a un premio de "Mejor blog de viaje 2011", y aunque no crea que sea para tanto y no sé si hay premio, me hace mucha ilusión... pasadlo y votad sin miedo... como sabéis, mi blog es "Un murciano en Hyderabad"... Muchas gracias de antemano!!!

Trabajos "diferentes"

Aquí sí que saben cómo crear trabajo… Como diría mi madre (o tu madre), hay que darle trabajo a la gente. Os dejamos aquí una lista con algunos empleos digámoslo así… curiosos, que nos encontramos diariamente en Hyderabad en particular, y en India en general:

Chico del ascensor.

  1. Pulsa el botón del piso a donde te diriges, ni más, ni menos.
  2. Puede llevar el móvil a todo trapo con o sin auriculares y, en algunos casos aislados, cantan y muy mal.
  3. Como en todos los sitios, también aquí hay clases: con o sin taburete y con o sin uniforme (tipo Prosegur, pero venidos a menos).
  4. El de mi trabajo, con el ojo izquierdo mira la pantalla y con el otro nos saluda los buenos días. Está en todo, el zagal.
  5. Tienen una habilidad especial para controlar el botón de abrir y cerrar puertas. Un día podrían llegar a provocar un lapso espacio-temporal con consecuencias inenarrables.
  6. Lamentablemente, cuando hay algún tipo de avería, tienen que llamar también a los de Otis (no a Zardoya).

Abrepuertas

  1. En el 100% de los casos, abren la puerta; en el 75% de las ocasiones, sonríen; en el 50% de los momentos, se quitan hasta la gorra si la tienen (no para pedir); y en el 100% de las veces, cierran también la puerta.
  2. Van siempre uniformados (pero al estilo del payaso que no usaba Micolor, “descoloríos”), y casi siempre tienen bigote (como todo el mundo). Algunos incluso tienen un gran bigote.
  3. Su hábitat natural son los bancos y cajeros, comunidades de vecinos, tiendas de artículos caros y centros comerciales.

Asistente del asistente

  1. Ehhmm… trabaja en… sus tareas son… bueno, él está ahí.
  2. Lo que no quiere hacer nadie, lo peor que surja o cualquier adversidad… le toca y punto.
  3. Normalmente, el saber que tienes un asistente para tu asistente te hace más feliz: como jefe, tu labor es pensar en las tareas más absurdas que se te ocurran y asignarlas sin pestañear. Frases muy célebres son: “Tráeme agua”, “cuenta las páginas” o “saca las bolsas”.

Limpiaorejas

  1. Suelen aparecer sigilosamente por tu espalda, como auténticos profesionales del sigilo, y de repente te dicen que tienes algo en la oreja, y tú respondes: pues sí, tengo una oreja.
  2. De repente saca un instrumento maléfico con forma de aguja de ganchillo (era una aguja de ganchillo) y empieza a jugar con algo parecido a serumen en su mano y te señala diciendo que a ti. Pues eso… a ti, si te apetece… porque a mí, ni un poquito. Evitad a toda costa este especímen.

“Guardia de seguridad”

  1. Era por llamarlo de alguna manera, y por varios motivos. Os imagináis al Chavo del Ocho con uniforme de seguridad? Pues más o menos, y más más que menos.
  2. Van armados con un detector de metales (a veces) y con unos guantes como los de coger la fruta del Mercadona con los que te soban sin gracia ni morbo ni ná.
  3. De la misma casta (como Laetitia) que el chico del ascensor, los abrepuertas y la mujer que te mira el bolso y la mujer que te cachea.
    1. La mujer que te mira el bolso suele actuar de una de las siguientes dos maneras: una es meter la mano en el bolso y hacer como si estuviera trabajando la carne picada; la otra mira con cierta vergüenza el interior y se dice para sí: aquí no meto yo la mano, anda, pasa, guapa… Una vez, una de ellas me quiso quitar dos mecheros.
    2. La mujer que te cachea trabaja en una especie de probador de ropa, a la entrada de los centros comerciales y de ocio. Te tocan. Todo. Y los bolsillos también. Por fuera, claro.

Peluquero o barbero callejero

  1. Maestros del corte y confección del cabello.
  2. Se ubican en selectos y concurridos tramos de calles donde hay aceras, a poder ser anchas.
  3. Doy fe (porque es gratis) de que sus herramientas están totalmente fuera de riesgo, y trabajan en condiciones de higiene máxima, a pesar del tráfico, la basura y esas cosas sin importancia. O no.
  4. Colocan con gran arte su espejo en el muro o sobre un cable cualquiera
  5. Su parlour consta también de un taburete para el cliente, que en la mayoría de los casos, se sienta de espalda a la carretera.

Mecánico callejero

  1. Dícese de cualquier persona que te encuentras en medio de la rue con un manojo de herramientas a su lado, y que está más o menos listo para usarlas.
  2. No sé si realmente arreglan algo o no... se supone que su fuerte son los autos.

Reparajoyas callejero

  1. Pese a las apariencias, no fuma crack, aunque tenga los ojos inyectados en sangre y se le suela ver con una especie de “pipa” en la boca, que usa para darle vidilla al fuego.
  2. Como modificación al punto 1, utiliza el principio elemental de avivar el fuego con aire, que sale de su boca, con o sin mezclar con otras sustancias.
  3. Entre sus instrumental, cuenta con un simple aparato de electrólisis, que consiste en un par de cubetillas de agua y varias pilas. Si es de nivel, usa una batería pequeña. Los usos que tiene los conozco… los que le da él, los desconozco.

Barrenderas

  1. Al parecer es un trabajo destinado exclusivamente a mujeres… no se sabe porqué… puede ser que, si tenemos en cuenta que los hombres no solemos hacer nada bien, debería ser un halago laboral, pero yo no termino de verlo claro…
  2. Parece que acaban de tener una avería con el coche, pues lucen un chaleco reflectante naranja que te deja ciego literalmente si miras más de 5 segundos seguidos.
En fin... por lo menos hay trabajo, aunque sea a 10000 kms.